CULTIVO CELULAR

El cultivo celular es el conjunto de técnicas que permiten el mantenimiento “in vitro” de las células, manteniendo al máximo sus propiedades fisiológicas, bioquímicas y genéticas.

 

Se conocen cuatro tipos de cultivos celulares:

 

Cultivos primarios, son aquellos cultivos preparados directamente a partir de un tejido u órgano. En este cultivo las células están vivas, conservan sus características originales y su proliferación es limitada. Estos pueden ser en monocapa, es decir, las células crecen adheridas a sobre un soporte sólido, o bien en suspensión, donde las células se encuentran dispersas en el medio de cultivo.

 

Cultivos secundarios, en este cultivo las células suelen multiplicarse hasta cubrir la superficie del recipiente de cultivo, formando una monocapa. Como consecuencia del contacto entre las células, se detiene la proliferación hasta que se subcultivan a otro recipiente con medio fresco.

 

Líneas Celulares, éstas poseen propiedades conferidas por diferencias en la dotación cromosómica, mutación o transformación genética que deben persistir entre sucesivos subcultivos. En estos cultivos aumenta el número de células obtenidas, la población se hace uniforme y homogénea, las características se conservan y predomina el tipo de célula con mayor tasa de crecimiento.

 

Cultivos Histotípicos y Organotípicos, son aquellos de un solo tipo celular que consiguen alcanzar una elevada densidad celular (histotípicos). En cambio, los organotípicos se componen de varios tipos celulares que interaccionan entre sí. El objetivo de estos cultivos es la creación “in vitro” de tejidos y órganos completamente funcionales.

 

Entre las aplicaciones más comunes para el cultivo celular se encuentran las siguientes:

  • Interacciones celulares
  • Actividad intracelular
  • Genómica y Proteómica
  • Virología
  • Inmunología
  • Farmacología
  • Ingeniería de Tejidos
  • Toxicología

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